Ese río tan continuo, tan noble y ademas metido en ese entorno tan bonito, pero... sobre todo ese Cañón que nos desconecta durante seis kilómetros de la realidad, nos hace olvidar quienes somo entre semana y solo nos permite concentrarnos en sus pasos. Durante seis kilómetros el río es dueño de nosotros y solo nos queda fluir por sus aguas para poder salir de su garganta.
CAÑÓN DEL SAJA
eskerrik asko a los que fuisteis conmigo a este re-bautismo en kayak. una mañana muy dura para la cabeza pero muy reconfortante. momentos duros con amigos.
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